1.23.2005

Homosexualidad, ¡ De lo Privado a lo Público !

Homosexualidad: de lo privado a lo público

Ma. de la Luz Casas Martínez

Un itinerario histórico que nos acerca al tema de la homosexualidad, la aterriza en México y nos recuerda que cada sujeto es una persona, con la riqueza y complejidad que ello implica. Su dignidad siempre ha de respetarse aunque, en ciertos casos, no comprendamos sus elecciones o sus errores.

Durante cerca de 40 años, la Asociación Psiquiátrica Americana (APA) ha publicado un manual oficial en que se describen y clasifican los diferentes tipos de comportamiento anormal. A partir de que, en 1973, la homosexualidad fue eliminada de su clasificación de enfermedades mentales —en el Manual de diagnóstico y estadística de los trastornos mentales (DSM)—, existe confusión en la sociedad y el mundo médico: ¿es esta conducta adecuada o no al ser humano?
Acorde a esta clasificación, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró oficialmente que la homosexualidad no era una enfermedad y que «todo individuo tiene derecho de ejercer su sexualidad mientras sus relaciones sean enriquecedoras y realicen la personalidad, la comunicación y el amor».
Después de la clasificación del DSM, numerosos clínicos han buscado que los homosexuales acepten su condición y vivan como tales. No obstante, la decisión de considerar la homosexualidad como una variante normal de expresión sexual tiene gran resistencia. Seguidores de Freud, y otros investigadores, consideran que existe un desarrollo psicosexual anormal en estas personas.

Historia pro-gay
El desenvolvimiento de la postura gay tiene su antecedente en el fallo de la Comisión Wolfenden (1954), sobre la penalización de los actos homosexuales en Inglaterra. Sir John Wolfenden, vicecanciller de la Universidad de Reading, presidió la comisión que estudió el caso, tomando en cuenta las conclusiones del informe Kinsey, considerado de máxima fiabilidad científica. Concluyó que, desde el punto de vista legal: «Lo que se haga en privado y sin escándalo no es punible por la ley, porque la ley protege el orden público, y la conducta privada de un individuo adulto, en especial la sexual, no incumbe a nadie, si es por mutuo acuerdo y no ofende el orden público». Por lo tanto, «no deberían ya considerarse como delitos los actos homosexuales cometidos entre adultos y en privado». La situación fue discutida públicamente y sus conclusiones ratificadas por el mismo Wolfenden en 1968.
Ese año, la APA pidió a Sir John Wolfenden revisara las conclusiones de esta Asociación; sus recomendaciones fueron consignadas en el ámbito médico. En Estados Unidos, el American Law Institute, llegó a la misma conclusión que la Comisión Wolfenden difundiendo, mundialmente, la nueva postura legal sobre la homosexualidad. Despenalizada la actuación homosexual, creció su fuerza social.
Azzi analiza la situación y refiere los antecedentes históricos de la «fuerza gay» en el mundo a partir de los disturbios de Stonewall, el 28 de junio de 1969, fecha en que se declara la liberación homosexual, fundándose el Frente de Liberación Gay en Nueva York. Éste publicitó el «orgullo gay» como una nueva «cultura». Poco tiempo después, se publica el Manifiesto gay de Carl Wittman que pide a los homosexuales declarar abiertamente su situación ante la sociedad, para que ésta reconozca la gran frecuencia y poder de su actitud sexual. A la fecha, existe un movimiento considerado cultural, representado por novelistas e intelectuales. Algunos grupos dedican sus esfuerzos a «desmitificar» la pornografía, considerándola una manifestación artística más.
En 1983, la Asociación Psicoanalítica Americana realizó un panel sobre homosexualidad, donde se pudo apreciar un conflicto entre la comunidad psicoanalítica americana y la comunidad gay americana (apoyada por la APA que, como señalamos, admite la homosexualidad como alternativa de un estilo de vida saludable). Se han publicado cientos de artículos en pro y contra de esta postura. El debate prosigue.
Para Azzi y otros investigadores, es claro que «a la fecha un grupo minoritario pero poderoso de científicos sostiene la tesis de la homosexualidad como normalidad. La amplia difusión de esta tesis, provoca que algunos especialistas acepten como normal la homosexualidad y bisexualidad, considerando la heterosexualidad como forma de sublimación o represión del sentimiento homosexual. Sin embargo, otros grupos profesionales de la psiquiatría consideran la homosexualidad como una forma de desajuste psicosexual».
Por otra parte, la Asociación Sueca para la Educación Sexual (RFSU) contribuyó, en mucho, a la aceptación de ciertas pautas educativas sexuales en el mundo. En su libro Visión, realidad y actividades. Ideas de la RFSU y posición sobre la sexualidad, convivencia y sociedad, plantea logros legales y cambios sociales. La lucha pro-homosexual recibe apoyo del gobierno sueco a través de programas que proponen el reconocimiento homosexual como una necesidad— matrimonio entre homosexuales, adopción de niños por parte de estas parejas...— y se considera que la falta de apoyo a estos grupos ocasionaría su discriminación.
Estados Unidos también cuenta con un papel protagónico. El Instituto Kinsey, en cooperación con la Sociedad del Estudio Científico del Sexo (SSSS), específicamente AIDS Task Force Comitee y otros grupos profesionales, influyen en la política social y educación sexual en lo que se conoce como «La Era del SIDA». La postura de estas organizaciones es clara. El doctor Issay, presidente del Comité de gays, lesbianas y bisexuales de la APA, señala: «hay que tomar acción contra los psicoanalistas que pretendan ofrecer tratamiento a homosexuales, aislándolos de la sociedad médica». En el Task Force Report (noviembre 6, 1987), el doctor Voeller —gay e investigador del condón— anunció su asistencia a una conferencia especial del Centro de Control de Enfermedades (CDC), donde participaron connotados investigadores mundiales, declarando que «hasta ahora los investigadores sobre el SIDA no habían tenido el privilegio de aprender y el beneficio de conocer lo que realmente es la sexualidad humana». En ese mismo año, la 30ª reunión anual de la SSSS, así como AIDS Task Force Comitee, a través de Ramey y Mary Calderone (coautores del libro Hablando a sus hijos sobre el sexo), y el mismo Voeller, formaron parte de la dirección de la National Gay Task Force (NGTF), uniendo esfuerzos con grupos lésbicos. De aquí se desprende la influencia actual de los grupos homosexuales organizados con importantes agrupaciones médicas.

Homosexualidad en México
En México, los estudios sobre frecuencia de homosexualidad son pocos. Pueden citarse el de Rubio (1989), quien encontró una incidencia de 6% de actividad homosexual en una población de alumnos universitarios y De la Peña y Toledo (1991) quienes, en entrevistas a población abierta en la Ciudad de México, presentaron un 3.3% de incidencia. Es importante señalar que una conducta homosexual no cataloga de homosexual a una persona y que tampoco dicho diagnóstico puede realizarse en la adolescencia temprana o media, lo cual explica la diferencia de cifras entre ambos estudios.
Resumo la interesante reseña de Rubio en la historia de la lucha pro-homosexual mexicana:
Los primeros intentos de organización lesbiana y homosexual datan de 1971. Nancy Cárdenas realiza en Cuernavaca reuniones internacionales y funda el Frente de Liberación Homosexual de México, respuesta a la influencia de los movimientos sociales de los años sesenta (el hippie y el del 68).
1972: Ian Ma. de Castro funda el primer grupo de autoapoyo a lesbianas, Lesbos.
1975: Surge el grupo Sex-Pol, con enfoque político y bioenergético.
1978: Aparecen los grupos Oikabet y Clóset de Sor Juana. Posteriormente, Frente homosexual de acción revolucionaria y Lambda, con las siguientes propuestas:
«Desmitificar» estereotipos de lesbianas y homosexuales
Promover la autoaceptación de la orientación homosexual a través de grupos de estudio
Condenar la discriminación en educación, salud, trabajo, vivienda, etcétera, por causa de elección erótico-sexual
Apoyar al movimiento feminista
Protestar públicamente contra la represión policiaca
Formar grupos de liberación sexual en distintos estados de la República
Abrir espacios de expresión homosexual en diarios, revistas, foros, etcétera.
En 1984 surgen numerosos grupos en pro de los derechos humanos y civiles —debido a la aparición del SIDA y estigmatización de la población homosexual y lesbiana—, la mayoría relacionados con agrupaciones internacionales como International Lesbian and Gay Association (ILGA).
Actualmente existen, por lo menos, 70 asociaciones homosexuales reunidas en un directorio de asociaciones de lucha contra el SIDA, ofreciendo diversos servicios para personas infectadas con el VIH y para homosexuales, entre las que destacan grupos de autoapoyo en la aceptación de los principios antes referidos.
México sigue, generalmente, los programas educativos norteamericanos por lo que es afín a las declaraciones de la APA y a las teorías Kinsey sobre sexualidad. Los diagnósticos se basan en el DSM y algo menos en el CIE, y respaldan la postura que acepta la homosexualidad como preferencia comportamental dentro del área de las ciencias médicas.

Homosexualidad y Derecho
Las relaciones homosexuales entre adultos mayores de 18 años no son consideradas delito en México. En realidad, sólo hay una referencia explícita a la homosexualidad en el Código Penal del Distrito Federal; el artículo 201 establece una sentencia de 6 meses a 5 años de cárcel para cualquiera que «facilite o procure la corrupción de un menor de 18 años de edad», y aumenta de 5 a 10 años en caso de que los actos corruptores hayan inducido al menor a incurrir habitualmente en «prácticas homosexuales». También asocia la homosexualidad con la drogadicción, el alcoholismo, la prostitución y el crimen, como posibles consecuencias de la «corrupción sexual» de menores.
La ausencia de otras referencias explícitas a la homosexualidad en el Código penal puede interpretarse como indicación de que los homosexuales mexicanos, a diferencia de los cubanos, por ejemplo, no son oprimidos por el Estado. Los códigos penales de los Estados, a excepción de Chihuahua y Jalisco, ni siquiera incluyen la referencia a la corrupción homosexual de menores. A los mexicanos homosexuales no se les exige llevar consigo una identificación y prueba de que tengan trabajo, como sucede en Cuba; aunque el artículo 255 estipula una pena de 2 a 5 años de prisión para «quienes no se dediquen a un trabajo honesto sin causa justificada y tengan malos antecedentes». De hecho, los mexicanos disfrutan de una gran privacía ante el Estado en la manera de encauzar su vida personal sexual.
El Reglamento de Policía y Buen Gobierno para el Distrito Federal, da amplio poder a la policía para arrestar a cualquiera que adopte «actitudes o lenguaje que contraríe las buenas costumbres, ademanes indecorosos que ofendan la dignidad de las personas, que perturben el orden público y que ejerza la prostitución o el comercio carnal». La policía de Guadalajara tiene autorización para detener a cualquiera que practique actos que vayan en contra de las «relaciones sexuales normales».
Por lo que respecta a la legalización de uniones homosexuales y su propuesta de un derecho a la adopción, no existe el conocimiento oficial de la unión libre de personas del mismo sexo, pero en 1998 ya se presentaron ante la Asamblea de Representantes del Distrito Federal iniciativas al respecto.
«A primera vista, parecería que la homosexualidad está menos sujeta a sanciones penales en México que en los Estados Unidos y Canadá. La situación privilegiada de los actos sexuales privados fue reforzada en 1917 cuando un intento por llevarlos dentro de la esfera del código penal fue desechado rápidamente durante la asamblea constitucional.
»Por otra parte, independientemente de su proclamación formal sobre los derechos humanos, la característica principal del Estado mexicano es la discrepancia entre los derechos legales y la manera en que se ejerce la autoridad en el nombre del Estado».
La aparición del SIDA desencadenó una apertura hacia los temas de la sexualidad y un movimiento de protección a la preferencia homosexual en el área del Derecho, basada en la discriminación que algunos individuos o sectores realizaron en las primeras épocas de la aparición del VIH. Los lineamientos vertidos en 1989 por la OMS, son, con muy pocos cambios, los que siguen promoviéndose en la actualidad. En su inciso 1.2, se insta a gobiernos e instituciones a evitar la discriminación o estigmatización de las personas con VIH-SIDA, en cualquier prestación de servicios, empleo o viajes. En el inciso 1.3, a que garanticen la confidencialidad de las pruebas de detección.
En México, CONASIDA es el órgano rector en materia de esta enfermedad y también ha publicado sus lineamientos en forma periódica; algunos con el Sector Salud, otros con agrupaciones no gubernamentales y con la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Cito algunos artículos:
1. La ley protege a todos los individuos por igual; en consecuencia no deben sufrir discriminación de ningún tipo
2. No se está obligado a someterse a la prueba de detección, ni a declarar que se vive con el VIH. La prueba será voluntaria y anónima
5. No podrá ser obligada a realizarse la prueba de detección ninguna persona que desee contraer matrimonio
6. Se tiene derecho a ejercer libremente la sexualidad
Tales premisas se consignaron con fecha 16 de enero de 1995, en el Diario Oficial de la Norma Técnica Oficial Mexicana (NOM-010-SSA2-1993), para la prevención y control de la infección por virus de la inmunodeficiencia humana.

¿Derechos homosexuales?
El Estado debe garantizar a todo ciudadano el cumplimiento de las leyes vigentes, dentro de una interpretación acorde a la estimativa jurídica (axiología) y a sus fines (teleológica), sin perder de vista la función educativa propia del Derecho. La homosexualidad no es fuente especial de derechos. Las personas homosexuales, al igual que las no homosexuales, están protegidas por el Derecho en cuanto que son individuos y ciudadanos. El artículo 4º de la Constitución Mexicana señala la protección a la familia como institución, y se le refiere como la unión entre hombre, mujer e hijos; por ello no puede conceder legalizar el matrimonio homosexual, pues iría en contra de la institución familiar caracterizada por dicho artículo. El artículo 201 del Código Penal del Distrito Federal, referente a corrupción de menores, considera actos reiterados que produzcan en el menor de edad hábitos de homosexualidad, y aunque los artículos 200 a 205 tratan temas de delitos contra la moral pública y las buenas costumbres, son tan genéricos que no alcanzan a cubrir las eventualidades de algunos comportamientos homosexuales; de hecho, la práctica homosexual no es un delito y solamente los actos homosexuales en menores o incapacitados, están penalizados.
El Derecho tiene como función la promoción y protección social —dentro de un marco de actuación basado en la naturaleza humana—, y no puede otorgar mayores privilegios a un grupo, sin tomar en cuenta la mayoría social y las nociones de bien, verdad y naturaleza.

Enfrentar la realidad
Cuando nos acercamos a la problemática homosexual, desde un punto de vista humano, y percibimos los graves conflictos a los que se enfrentan los homosexuales, no podemos menos que sentirnos frustrados por la desproporción entre lo que quisiéramos ofrecerles y lo que en realidad podemos darles. Quisiéramos tener una pequeña y sencilla fórmula para resolver los complicados problemas humanos; pero éstos escapan a nuestra real limitación natural. El problema humano es intrincado y es reflejo, en parte, de un conflicto de necesidades. Aunque la persona es una unidad fisico-espiritual, sus componentes se encuentran en desbalance. Por una parte, las necesidades biológicas, y más aún las afectivas, llenan de subjetividad el entorno de la cotidianidad, el aquí y ahora rigen su pirámide de necesidades y vuelcan sus mandatos en forma impetuosa y apremiante. Por otra, la espiritualidad, como realidad que es, exige también su realización y, como parte de lo infinito, exige infinitamente.
Fromm señala que el único sentido de la vida humana es la vivencia del amor. Para Víctor Frankl, el amor se realiza en la entrega desinteresada a los demás; el sentido de la vida es personal y ligado a la renuncia de valores inferiores por alcanzar otros superiores. Cada ser humano tiene una forma y ritmo propios de acercarse a la realidad. Algunas personas se acercan fácil y directamente a ella, otras lo hacen por un camino largo y complicado. Pero en ambas, el recorrido es propio y necesariamente vivencial. El concepto de realidad no nos puede ser impuesto por otros, sino que hemos de descubrirlo con esfuerzo. La libertad de que gozamos nos posibilita diversas alternativas en el conocimiento de la realidad. Y a la libertad debemos enfocar más nuestra atención para respetarnos en lo verdaderamente opinable.
En este momento, no hay un concepto claro en las ciencias experimentales ni sociales respecto a casi ningún aspecto relacionado con la persona homosexual; no hay acuerdo en definición, etiología, fisiopatología, prevención, tratamiento...
Quizá en lo único que coincidimos, es que ante la persona sufriente, tenemos obligación de brindar la ayuda a nuestro alcance, empezando por respetarla y apoyarla. Tal vez el sufrimiento sea inevitable, pero sí puede cambiarse la actitud de la persona ante él, cuando ella misma encuentra una razón suficiente.
La Medicina siempre ha estado en reto; el entrenamiento ante el sufrimiento impulsa el avance de la ciencia. En el caso de la homosexualidad, llegará el momento en que las dudas sean disipadas y enfrentadas a la realidad, y de ahí partir a la verdadera solución de esta problemática. La ciencia se caracteriza por la objetividad, su apego a la realidad; las posiciones subjetivas nos alejan de la solución definitiva. Las soluciones reales no siempre son fáciles, ni del gusto de todos. Tendemos a manipular la realidad por temor a enfrentarla, vernos en la imposibilidad de evadirla y tener que afrontar algún tipo de sufrimiento. Pero en ese momento aparece una esperanza: la solidaridad que existe al reconocer, de humano a humano, la dignidad personal, merecedora siempre de comprensión y respeto, independientemente de sus circunstancias de vida.


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ORIENTACIÓN SEXUAL COMO SISTEMA DE PREVENCIÓN DE LA SALUD

La orientación sexual como sistema de prevención de la salud.

ANÓNIMO.

Ante los innumerables problemas de salud pública que podrían ser evitados con proyectos de prevención adecuados, es evidente la necesidad de realizar inversiones en orientación sexual.
De acuerdo con una investigación del Instituto DataFolha divulgada en junio de 1993, 86% de las personas entrevistadas son favorables a la inclusión de orientación sexual en los programas escolares. A pesar de esto, solamente el 32% de los padres conversan sobre sexo con sus hijos y la mitad de ellos nunca llegaron a mencionar el tema.
Algunos años antes, la Editorial FTD realizó una investigación enviando una carta con franqueo pago a diez mil profesores. De las cartas respondidas, el 84,3% creía no haber tenido una buena educación sexual o que la que tuvieron fue regular, contra 13% que se declararon satisfechos. Para el 42,8%, las personas más buscadas para conversar sobre el tema eran los amigos o colegas, solamente el 6,2% recurría a sus padres o a los orientadores de la escuela. La gran mayoría declaró que no estaba permitido hablar de sexo en la escuela donde estudiaron.
Ante esta realidad, la “Guía de Orientación Sexual – Directivas y Metodología”, traducido y adaptado del original “Guidelines for Comprehensive Sexuality Education”, elaborada por el Grupo de Trabajo e Investigación en Orientación Sexual, Asociación Brasileña Interdisciplinaria de SIDA y el Centro de Estudios y Comunicación en Sexualidad y Reproducción Humana, concluye que a pesar de que todos destacaron su necesidad, el trabajo de orientación sexual aún es muy incipiente, incluso al haber pasado algunos años desde la realización de estas investigaciones.
En este tiempo se ha avanzado mucho, principalmente respecto de la concientización de realidades muy duras, como es la diseminación del SIDA, que originó una avalancha de ONGs (Organizaciones No Gubernamentales) y campañas en los medios de comunicación que hablan de sexualidad. Sin embargo, el debate sobre los modelos de prevención, el papel de las escuelas, de los gobiernos, de los medios de comunicación y de las familias continúa en discusión.
“La discrepancia entre la práctica y los deseos de la población pasa por razones diversas a nivel público y privado. Tiene que existir, en primer lugar, la voluntad política (por parte de los gobernantes) de realizar programas de ese tipo. Esto implica considerar como prioritarias las inversiones en el área de la salud y educación de niños y adolescentes” define la Guía.


¿Qué es la educación sexual?

Cabe, en primer lugar, definir orientación sexual. Conjunto de orientaciones desarrolladas de forma no sistemática sobre sexualidad”. Este proceso “es global, no intencional e involucra toda la acción ejercida sobre el individuo, en su cotidianeidad, desde el nacimiento, con repercusión directa o indirecta en su vida sexual, a lo largo de la vida”.
La educación sexual, puede ser informal o formal. La informal surge en el seno familiar y tiende a reproducir en los jóvenes los patrones de moralidad de una sociedad determinada. Asimismo, las informaciones transmitidas por los medios de comunicación masivos (periódicos, revistas, TV, radio, etc.) también pueden ser consideradas parte integrante de una educación informal sobre sexualidad.
La educación sexual considerada formal, por otro lado, “gana el espacio institucional de las escuelas y centros comunitarios, bajo la forma de acciones, programas y proyectos específicos. Este abordaje también puede reafirmar conceptos o, en un segundo análisis, promover la difusión de informaciones relativas a la sexualidad, acompañadas de cuestionamientos y discusión sobre la sexualidad”.
Estos conceptos se van subdividiendo y tornándose más complejos. Como ejemplo mencionan dos nuevos conceptos de educación sexual: el primero se denomina intelectual y se ocupa de los conceptos y la claridad de las definiciones. El otro es más combativo y participa en las luchas mundiales de transformación de los patrones de las relaciones sexuales.
El programa de Educación Ambiental y Salud de la Secretaría Municipal de Educación de Río de Janeiro considera la educación sexual como “el conjunto de teorías o prácticas, formales o informales, que aborda, con niños y adolescentes, desde una perspectiva educativa, aspectos de la sexualidad humana”. El objetivo de un trabajo de educación sexual es “permitir que los niños y los adolescentes entiendan la sexualidad como un aspecto positivo y natural de la vida humana, que promueve la libre discusión de las normas y patrones de comportamiento con relación al sexo y el debate de las actitudes personales frente a la propia sexualidad”.
Según la Guía de Orientación Sexual, el trabajo de orientación sexual busca “ayudar a los niños y adolescentes a tener una visión positiva de la sexualidad, a desarrollar una comunicación clara en las relaciones interpersonales, a elaborar sus propios valores a partir de un pensamiento crítico, a comprender su comportamiento y el del otro, y tomar decisiones responsables sobre su vida sexual, ahora y en el futuro”.


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Homosexualidad: donde entra la cuestión de la salud.

Homosexualidad: donde entra la cuestión de la salud.

[La homosexualidad se considera
aquí desde diversos ángulos. Desde el punto de vista de la salud, es abordada
por las diversas cuestiones que la rodean y no por su condición en sí misma, ya
que ha dejado de ser considerada como una enfermedad. La salud del homosexual se
discute desde el punto de vista de su aspecto psicológico, a partir de su
aceptación sociocultural]

Por ser una cuestión que involucra diversos aspectos polémicos, especialmente culturales, jurídicos y sociales, la homosexualidad también habitualmente es un tema discutido en la salud. Se realizaron cientos de investigaciones, y otras muchas más están en marcha, en búsqueda de definir la homosexualidad: ¿se trata de una enfermedad? ¿Un trastorno? ¿Una perversión? ¿Una opción?
Sea cual fuera el motivo, aunque los números cambien, se acepta que aproximadamente el 10% de la población es lesbiana u homosexual durante una parte significativa de sus vidas. "Es difícil determinar porcentajes exactos, pues muchos temen los prejuicios y esconden su orientación sexual". "Los individuos homosexuales crecen en todo tipo de hogares, en todos los tipos de familias, aparecen en áreas rurales, en las grandes ciudades y en todos las regiones del mundo. Los homosexuales están presentes en todos los grupos socioeconómicos y religiosos imaginables".
Si asumimos estos datos como verdaderos, estamos tratando de una porción considerable de la población, realmente representativa, que no puede ser ignorada en sus cuestiones de salud ni en sus demandas sociales, culturales o legales.


Breves antecedentes históricos

1999, en especial partiendo del principio de que la homosexualidad "no constituye una enfermedad, ni un trastorno, ni una perversión". Según esta resolución, los sicólogos no colaborarán con eventos y servicios que propongan el tratamiento y cura de la homosexualidad, lo que harán es solamente "contribuir con su conocimiento a una reflexión sobre los prejuicios y la eliminación de las discriminaciones y estigmatizaciones contra aquellos que presentan comportamientos y prácticas homoeróticas".
1985, el Consejo Federal de Medicina también prohibió que se clasificase la homosexualidad como un desvío o trastorno sexual. En 1989, el Código de Ética de los Periodistas incluyó la prohibición de discriminar por causa de la orientación sexual. En 1990, en las leyes y en las Constituciones, se incluyeron prohibiciones expresas de discriminación por orientación sexual.
En otros países, la homosexualidad está en discusión hace más tiempo. En 1973, el Consejo de Administración de la Asociación Psiquiátrica Americana aprobó una resolución que define: "exhortamos a todos los profesionales en salud mental a tomar la iniciativa de remover el estigma de la enfermedad mental asociada con la orientación sexual".


La difícil tarea: definir la
homosexualidad


Como se puede observar, la preocupación por definir la homosexualidad alcanza áreas más amplias - y nuestro objetivo aquí es abordar apenas el aspecto de la salud. Las definiciones importan mucho y significan una diferencia importante en el momento de tratar a esta minoría, pues los prejuicios y la exclusión social sí pueden generar serios problemas psíquicos y emocionales.
Aunque la Psychological Association (Asociación de Psicología Americana) no considere a la homosexualidad como un desvío emocional o mental, se tiene en cuenta que el estima social asociado al hecho de ser homosexual puede ser "emocionalmente devastador".
De acuerdo con el APA's & AMA's Positions on Homosexuality, "aparentemente la educación dada por los padres tiene poca, si es que tiene alguna, influencia en la orientación sexual de un niño. Sin embargo, la actitud de los padres puede influir en la manera en que el niño acepta su sexualidad, sea heterosexual u homosexual". Y probablemente es en este ámbito donde se debe analizar la cuestión de la salud en los homosexuales: está mucho más relacionada con los prejuicios que estos individuos deben enfrentar durante el descubrimiento y afirmación de su condición, que con su condición propiamente dicha.
La Homosexualidad es "una atracción sexual dirigida fundamentalmente a individuos del mismo sexo". Una mujer que se siente atraída principalmente por mujeres se llama lesbiana, y un hombre que se siente sexualmente atraído por otros hombres es llamado homosexual o gay, pero estas dos palabras también se aplican a las mujeres.
Tener sentimientos por alguien del mismo sexo no determina que esa persona necesariamente sea homosexual, teniendo en cuenta que "muchos hombres y mujeres, durante la primer infancia e, incluso, durante la adolescencia, sienten atracción sexual y llegan a tener experiencias homosexuales, pero no son gays ni lesbianas. Muchos adultos sienten atracciones o tienen experiencias del tipo homosexual sin que ellos mismos se consideren gays o lesbianas". Aún no es conocida una causa para la homosexualidad o para la heterosexualidad. "Una de las teorías afirma que la orientación sexual es determinada en la fase prenatal. Otra teoría defiende que es determinada después del nacimiento por factores ambientales. En cualquier caso, la orientación sexual es establecida en una edad muy precoz", explican estas.


Orientación sexual: ¿elección o condición?

Para no confundirnos con el sentido de las expresiones, cabría comenzar con algunas definiciones. Según un extenso trabajo, la orientación sexual "es entendida como la afirmación de una identidad personal cuya atracción y/o conducta sexual está dirigida a alguien del mismo sexo (homosexualidad), del sexo opuesto (heterosexualidad), de ambos sexos (bisexualidad) o a nadie (abstinencia sexual).
La orientación sexual de un individuo no puede ser alterada. Consideran que si la homosexualidad es solamente una de las variantes del comportamiento sexual, la pregunta más correcta debería ser "¿Los homosexuales deben cambiar? Y si es así, ¿por qué?". "Los estudios realizados al respecto demostraron que los intentos por cambiar la orientación sexual de alguien habitualmente fracasan y muchas veces llevan a una depresión agravada y al suicidio". Basados en las estadísticas, que la mayoría de los homosexuales no ven motivos para cambiar y que muchos homosexuales por ellos consultados refirieron que aceptar su orientación sexual fue un proceso difícil debido a los prejuicios que los homosexuales y las lesbianas tienen que enfrentar.
Asimismo, la orientación sexual, tanto para heterosexuales como homosexuales, no parece ser algo que la persona elija. "Algunos estudios recientes indican que la orientación sexual tiene una gran influencia genética o biológica que es probablemente determinada antes o poco después del nacimiento. Si bien estos estudios no son concluyentes, es irresponsable asumir que la homosexualidad sea una elección", afirman, y agregan: "Existen más pruebas científicas que apoyan la idea de que la orientación sexual tiene un componente genético que pruebas que indiquen que solamente es una cuestión de opción. Al igual que los heterosexuales, los homosexuales descubren su sexualidad durante un proceso de crecimiento. La única elección que el homosexual puede hacer es vivir su vida de acuerdo con su verdadera naturaleza o de acuerdo con lo que la sociedad espera de él".
Son todavía más taxativos los que tratan el tema de la elección de la orientación sexual: "Describir la homosexualidad como un simple caso de elección es ignorar el dolor y confusión por la que pasan tanto los hombres como las mujeres homosexuales cuando descubren su orientación sexual. Es absurdo pensar que esos individuos eligieron deliberadamente algo que los deja expuestos al rechazo de la familia, de los amigos y de la sociedad", destacan. Y aclaran: "La creencia de que la homosexualidad es una elección, esconde la elevada tasa de suicidios de adolescentes atribuidos a la orientación sexual. ¿Por qué un adolescente habría de suicidarse si simplemente pudiese evitar la vergüenza, el miedo y el aislamiento eligiendo ser heterosexual? Este prejuicio también ignora a todos los homosexuales que trataron de vivir su vida como heterosexuales, escondidos tras la fachada de un matrimonio, siempre sintiendo un vacío y la falta de realización personal".


Testimonio
Madre de una
joven lesbiana.


"La mayoría de nosotros es como un trébol de cuatro hojas, un descubrimiento poco frecuente y maravilloso. Me acuerdo que, cuando era niña, me pasaba horas buscando ese trébol de cuatro hojas. De vez en cuando encontraba uno y lo guardaba dentro de un libro o entre hojas de papel manteca. Este trébol era como un tesoro para mí, algo que yo quería cuidar y proteger. Mi hija es como uno de esos tréboles de cuatro hojas; ella tiene una orientación sexual diferente de la mía. Ella es un tesoro para mí, alguien que yo quiero proteger. Un trébol de cuatro hojas no es anormal, sólo es poco frecuente y diferente de los otros. Yo nunca intentaría arrancar una de las hojas para que se pareciese a un trébol de tres hojas."

REFLEXIONES PSICOANALÍTICAS SOBRE LA HOMOSEXUALIDAD.

Reflexiones psicoanalíticas sobre la homosexualidad

La siguiente es una entrevista realizada por una organización no gubernamental llamada “Buena Salud”. Seguramente podrá contestar algunas de las preguntas más frecuentes con respecto al concepto homosexualidad.
Lo interesante de esto es que se trata de la opinión profesional de un doctorado en psicología.


Buena Salud: ¿Para el psicoanálisis, qué es la homosexualidad?


Dr. Armando:
Es una pregunta ciertamente compleja, pues el tema en sí mismo es muy discutido y el psicoanálisis trata de abrir espacios para reflexiones, más que buscar respuestas herméticas. Pienso que talvez sea mejor comentar cómo el psicoanálisis comprende a la homosexualidad y no lo que ella significa para mi profesión.
El estudio de la sexualidad, para el psicoanálisis, sólo tiene sentido cuando involucra la comprensión del psiquismo de una persona, sus identificaciones, la formación de la persona como sujeto de una cultura, su comportamiento de un modo general.
En el ser humano no existe la sexualidad disociada de la persona como un todo. Estoy afirmando que la sexualidad en el ser humano no es algo instintivo, considerando la definición de instinto de la biología, como algo heredado, rígido y fijo dentro de una misma especie. Es un componente de nuestras vidas. La identidad sexual es una de las identidades que desarrollamos, al igual que la identidad profesional, del adulto, de la madurez, de hijo, padre, madre, etc. La sexualidad es algo inherente al placer; en psicoanálisis afirmamos que todo aquello que está ligado al placer es de carácter sexual.
Específicamente, cuando existe una homosexualidad, la tenemos que entender como el modo posible de relacionarse que tiene una persona, una disposición interna a relacionarse de esta forma. Me refiero a un modo de relacionarse consigo mismo, con los otros, con la vida. En cierta forma podemos decir que es la manera en que la persona puede expresarse, relacionarse, exponerse como persona.
En la teoría psicoanalítica, una persona que presente una psiquis homosexual está buscando alejarse de las diferencias; son personas muy sensibles a los choques de opinión y generalmente tuvieron en la infancia que lidiar con cuestiones radicales constantemente, al igual que con posiciones incoherentes, contradictorias, principalmente de sus educadores. Busca, a través de la igualdad, librarse de sentirse presionado por las diferencias y lo diferente. No tienen porqué relacionarse, necesariamente, con parejas del mismo sexo. Es lo que llamamos componente narcisista de la personalidad. Por lo tanto, pueden buscar parejas para relaciones íntimas, al igual que comerciales, sociales, personales.

BS: ¿La homosexualidad puede considerarse una perversión sexual? (y de ser así, ¿quiere decir que es una enfermedad?)


Dr. Armando:
La homosexualidad no puede ser resumida como una enfermedad o como una perversión. La definición de perversión presenta otra complejidad teórica en el psicoanálisis. De un modo simple, podemos afirmar que la perversión no se define por el comportamiento sexual actuado por una persona.
El comportamiento sexual es el modo como alguien se expresa y, principalmente en el caso de la perversión, es un error tratar de definirla por un comportamiento, por un acto aislado, mucho menos por el comportamiento sexual de cualquier persona, sea homosexual, sádica, masoquista. La perversión involucra, principalmente, comportamientos destructivos con relación a otras personas, demostrados con mucha sofisticación, armaduras y cinismo. Muchos comportamientos tenidos como "normales" pueden esconder fantasías y hasta actitudes perversas, sin las cuales el acto no se consumaría. Lo contrario es perfectamente posible; encontramos parejas homosexuales sin manifestación de perversión.

BS: ¿Qué piensa de las teorías que dicen que la homosexualidad es genética?

Dr. Armando: Cada día sabemos más sobre el ser humano, principalmente en el aspecto genético. Estamos gateando en ese terreno. En trabajos se ha publicado que existe la posibilidad de que algunos hombres presenten una alteración en el cromosoma que define la sexualidad y que esto podría determinar la homosexualidad. Son estudios no muy desarrollados aún. Sin embargo, no creo que la homosexualidad, como es entendida por el psicoanálisis, sea definida por la genética. La genética parece favorecer un comportamiento en el hombre, más femenino, pero no homosexual.

BS: ¿Es posible prevenir la homosexualidad? ¿Entonces, cuáles son sus causas y tratamientos?

Dr. Armando: Es difícil responder de esta manera, pues así ya lo definiríamos como una enfermedad. Existe una única forma de manifestación considerada como enfermedad, en los manuales de clasificación de las enfermedades: cuando una persona siente inclinaciones homosexuales, llegando a veces al acto, pero no acepta su inclinación y gesto. Aun así, es debido al conflicto que surge - querer y no querer - y no a la homosexualidad en sí, que se evalúa la enfermedad. En cuanto a la prevención... Es muy cuestionable hablar sobre prevención. Tendríamos que preguntarnos: "¿Prevenir qué? Si no es una enfermedad, ¿no será que nos estamos dejando llevar por valores morales?
Lo mismo pasa con el tratamiento. Tenemos que atenernos al conflicto y cuando la homosexualidad no se presenta como un conflicto, el psicoanalista no lo tendrá como paciente. En mi práctica clínica, atendí muchos homosexuales manifiestos (popularmente conocidos como "asumidos"), los que después de presentarme sus angustias, a veces después de dos entrevistas, comentan que son homosexuales. Lo que los llevó al análisis son otros conflictos, como: pérdidas, conflictos profesionales, inseguridades diversas.

BS: ¿Es posible distinguir la homosexualidad desde la infancia?

Dr. Armando: Es posible observar niños que presentan inclinaciones y tendencias a escapar a confrontaciones con sus padres, generalmente sentidos como violentos o inaccesibles; el progenitor del mismo sexo del niño generalmente es la fuente de angustia del niño. La mayoría de las veces esta cuestión es parte de la fantasía del pequeño y no ocurre realmente. Tenemos que considerar, de cualquier modo, que por lo menos existe una comunicación truncada en curso.

BS: ¿La homosexualidad es una opción?

Dr. Armando: ¡Tanto como la heterosexualidad! (risas) Las identidades se forman a lo largo de la vida y sus bases más fuertes están calcadas en los primeros 6 (seis) años de vida. Es difícil creer que alguien pueda haber "elegido" qué ser, principalmente en términos de identidad sexual. Debido a la complejidad de la formación de nuestra personalidad, yo siempre digo que uno es lo que pudo y no lo que quiso ser. La condición de la aceptación de esto, o sea, de aquello que pudimos ser, también determinará un mayor o menor contenido de conflictos emocionales.

BS: ¿Cuál es la relación entre la bisexualidad infantil y el adulto homosexual?

Dr. Armando: Tendemos a conectar una a la otra. En verdad, la bisexualidad infantil es una etapa vivida por los niños, en una época donde la identidad sexual todavía no se encuentra establecida. Esto ocurre antes de los 5 (cinco) años de edad y es común que un niño, ocupe roles del otro sexo. Debemos recordar que la bisexualidad favorece la identidad sexual en los adultos, ayudándolos como tal. Quiero decir que todos tenemos, en lo que se refiere a la sexualidad, las dos identidades; sólo una de ellas será más pronunciada. ¿Cuál es la importancia de esto? Es importante para un hombre poder comprender a una mujer, tener dentro de sí una identidad latente femenina, y viceversa. Cuanto menos conflictiva sea esa identidad latente, más fácil será la convivencia con el sexo opuesto.

BS: ¿Cómo se relaciona el proceso de identificación con la homosexualidad del adulto? (la cuestión del Edipo)

Dr. Armando: La teoría del complejo de Edipo nos ayuda a entender la importancia de las identificaciones en el proceso de desarrollo del ser humano como un ser social. Las identificaciones en ese momento de la vida (entre los 3 y 5 años de edad) son determinantes para que el futuro adulto tenga las condiciones necesarias para lidiar con las diferencias, con los diferentes, con lo nuevo, con las competencias y rivalidades y, principalmente, con la dura realidad de no ser perfecto y completo. Debe prepararlo para aceptar que ser adulto implica tener que saber depender y relacionarse en grupo, ya que el ser humano es un ser gregario.

BS: ¿Existe alguna relación entre la paranoia y la práctica de la homosexualidad?

Dr. Armando: Existe una relación entre la paranoia y la práctica de la homosexualidad, pero no con la homosexualidad como la tratamos hasta aquí, ya que hablamos de homosexualidad como la posibilidad de expresarse como persona. Estoy proponiendo, ahora, una diferencia entre homosexualidad y la práctica de la homosexualidad como una figura de lenguaje, para introducir una otra forma de observar el comportamiento homosexual.
Es más complicado porque tenemos que entrar en el campo de las patologías. Trataré de ser breve y puedo pecar al simplificar un tema que pienso que no es nada simple. Existe la posibilidad de que las personas expresen homosexualidad como una forma de demostrar ciertos conflictos, como por ejemplo, hostilidad con relación al progenitor del mismo sexo, como forma de repudio al sexo opuesto. Aquí estamos ante un síntoma, una forma de representar un deseo, que no puede ser expresado conscientemente de forma directa. No está en cuestión el tema de las identificaciones, como vimos anteriormente, sino otros conflictos y ahora entramos en el campo de las patologías.
El conflicto del paranoico es la aceptación de su contenido interno, principalmente su hostilidad y presenta fuerte tendencia narcisista como una defensa para no sentirse muy expuesto. Una forma de agresión común que encontramos en la mente paranoica es la actividad homosexual, donde existe la fantasía de estar lesionando, castrando, sometiendo a su pareja, a través de un acto de "aceptación mutua". Debemos recordar que hablamos de una mente enferma, donde existe mucha confusión emocional, pues se sienten internamente poblados de malos sentimientos y deseos de una actitud peor aún. La correlación teórica que se hace, en psicoanálisis, es que la homosexualidad estaría evitando un colapso psíquico mucho más avasallador, como por ejemplo, una crisis paranoica, una psicosis.
Creo que debemos dejar esa discusión para otra oportunidad, donde podríamos abordar el tema de los comportamientos homosexuales como forma de expresión de conflictos reconocidamente enfermizos.